¿Creíais que os dejaría en paz? ¡Pues estáis muy equivocados! Aquí sigo con mis fofuchas. Hoy os presento una nueva entrega: la fofucha farmacéutica. Igual que en la creación de la enfermera lunática, en la elaboración de esta muñeca me he esmerado todo lo que he podido, pues se trata de un familiar mío al que tengo mucho cariño y no quería que quedara decepcionada...
Tras el "fracasillo" de los rizos alborotados de la enfermera lunática, he improvisado otra manera de hacer el pelo rizado, con bucles más largos e individuales, en lugar de rizar todas las tiras de un solo molde de media melena. Así los rizos caen por su propio peso y no quedan tan encrespados. He aquí el resultado:
El vestido no tiene más misterio que usar goma eva de color azul estampada con florecillas, dándole forma con el calor. Y en cuanto a detalles, la muñeca es muy femenina, por lo que lleva sus pendientes de perlas, collar, anillo y pulsera (de tous, con el osito en negro). También he decidido añadir ropa interior para que no pase frío...
Y en cuanto a la profesión de farmacéutica, no podían faltar sus buenos zuecos y la bata, el tarro de cerámica, el cúter, las recetas y la caja de aspirinas.
- Sucumbir a la más absoluta desesperación rizando y rizando tiras de pelo
- Dejarme la vista pintando los detalles de la receta
- Quedarme sin yemas de los dedos al arrancarme el superglue reseco que se me había quedado adherido... Porque aunque lo manipules con supremo cuidado, el maldito superglue siempre acaba teniendo más afinidad por tu piel que por pegar cualquier otro objeto que necesites pegar...
- Abrasarme con la silicona caliente... (esto más que nada fue un descuido por coger confianza e ir más rápido de lo que debiera, no penséis que soy lerda y me he quemado aposta...)
- Y un poco de dolor musculoesquelético por adoptar malas posturas durante 9 horas seguidas de trabajo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario